jueves, 23 de mayo de 2013

Orientación hacia el consumo abusivo de televisión en la infancia.


 La televisión es un arma de doble filo. Si se utiliza correctamente puede lograr que el alumno aprenda conocimientos y valores, y usado en un entorno adecuado, puede facilitar que el niño despierte su pensamiento reflexivo y crítico. En este artículo se habla de los problemas que acarrea ver la televisión durante la etapa infantil en los niños. Se nos habla de la problemática de estar sentado viendo la televisión durante un tiempo determinado, tiempo que el niño no está aprovechando jugando, relacionándose con otros niños o descubriendo y experimentando con el mundo.

 Es importante desarrollar también la inteligencia emocional y social en un niño, y esto es algo que solo se puede hacer si hay un feedback entre los interlocutores. Por mucho que el alumno pueda asimilar ciertos comportamientos, solo podrá aprenderlos completamente poniéndolos en práctica con otras personas.También, debe utilizarse con mucho cuidado y no abusar de ella. De lo contrario, el niño puede verse aislado de la sociedad, sufrir problemas de salud o incluso sustituir a elementos significativos (como la escuela o los padres) por la tele, a quien unicamente prestará atención.
Algo que me "choca" del artículo es que castiga a los dibujos animados por generar ideas erróneas, y recomienda ver informativos, cuando hoy en día salta a la vista que muchos de ellos están politizados y manipulan la realidad.
Por la parte de los dibujos animados, las películas de Disney han sido criticadas duramente por los estereotipos que muestra, y en esto estoy en parte de acuerdo. Pero también pienso, que muchas de las historias más bonitas y que más me han influenciado positivamente, han sido también de Disney.

Podríamos seguir todo el día sacando cosas buenas y malas de programas, series, películas o documentales de televisión, pero no estaríamos profundizando plenamente en este tema. Lo verdaderamente importante (tanto en este, como en cualquier otro tema) es que debemos avisar a los niños. Debemos avisarles de que analicen todos y cada uno de los acontecimientos, que piensen si lo que están viendo es correcto o no. Y después de esto, que se pongan en duda, que evalúen lo que han pensado a primera vista porque, a primera vista, lo bueno puede parecer malo, y lo malo puede parecer bueno.

Ciudadanía y escuela. El aprendizaje de la participación.




 El artículo plantea el tema de la escuela como lugar que proporcione una formación social, ciudadana y política a los niños, para que en un futuro puedan desempeñar plenamente estas funciones. Se busca que sepan reflexionar sobre ciertas situaciones, y elijan la consecuencia que sea más favorable no solo para el bienestar propio, sino también para el de todos. Se busca el pensamiento reflexivo, crítico, el pensamiento propio, autónomo del cual posteriormente todos nos podamos beneficiar de todos.
Uno de los errores comunes que se tiene en la escuela es el de infravalorar a los niños. Estos desde el momento en el que nacen se ven inmersos en la vida social y adquieren ciertos conocimientos sobre economía, política, poderes, moral... De lo que peca la escuela es de infravalorar a sus alumnos, de pensar que hay que enseñárselo todo y son unas tabula rasa sobre la que debemos empaparles de todos nuestros conocimientos. Pero no es así. Los niños ya poseen conocimientos y debemos trabajar sobre el aprendizaje significativo, debemos impulsarles, motivarles y animarles a seguir avanzndo, y no sobreponiendo nuestros conocimientos a los suyos mostrándoles, de forma indirecta, que no saben nada.

 Por otra parte creo que deberíamos cuestionarnos acerca de la motivación que los alumnos tienen a la hora de realizar un trabajo. En nuestro sistema actual basado en buscar la máxima nota individual, los alumnos pueden realizar trabajos con el fin de conseguir esa nota y no de lograr adquirir ese conocimiento o ese enfoque reflexivo que buscamos en ellos. Un alumno puede conseguir la máxima nota de la asignatura simplemente completando a la perfección las tareas que le manda el docente pero, ¿lo está haciendo porque sabe lo que el profesor quiere ver? ¿O realmente ese trabajo que ha hecho, ha salido de un proceso reflexivo y un pensamiento interior y profundo? Y aquí creo que radica uno de los principales problemas, el fin que se le da a los alumnos para su aprendizaje. Pienso que si las notas fueran simplemente "bien-mal", "apto-no apto", quizás no conseguiríamos que los alumnos se motivaran para buscar el 10, probablemente algunos de ellos buscarían sacar el apto y no sacarle el máximo rendimiento a la actividad propuesta. Pero por otra parte, quizás conseguiríamos que los alumnos dejaran de lado buscar el 10 y se fijaran más en buscar el máximo partido al aprendizaje que pueden exprimir de esta actividad. Sacarían un verdadero 10 personal, y no uno ganado por la picardía o el automatismo de un robot (el cual hace perfectamente aquello que le pides, pero no te aporta ese toque característico humano, y propio del pensamiento racional).

 Los niños pueden ser muy listos, tienen una gran capacidad sensitiva que les permite saber qué cosas hacen que se ganen nuestra atención y aprobación, y qué cosas no lo hacen. Por ello, debemos buscar que desarrollen su propio pensamiento, y que no desarrollen el nuestro (aunque el nuestro sea el mejor, como guías no podemos caer en la "dictadura del aprendizaje" obligándoles a ser copias de nosotros). Si logramos esto, es probable que hayamos conseguido distintos pensamientos únicos y reflexivos, pero también es probable que los pensamientos de varios niños choquen y se generen disputas. Por esto, debemos fomentar también el respeto por el pensamiento, el respeto de opiniones y el debate como proceso comunicativo pacificador y que siempre debe enfocarse desde un punto de vista que busque el resultado más provechoso para la sociedad.

miércoles, 22 de mayo de 2013

La ciudad, un espacio para aprender


 Según nos cuenta el artículo, lo ideal es una ciudad donde puedan vivir todas las personas y los colectivos con satisfacción, una ciudad de la cultura y el ocio, una ciudad educadora. El pasado de estas ciudades podríamos nombrarlo "patrimonio", o el legado que nos han dejado. El patrimonio es la parte visible de la historia. Este concepto se refiere al conjunto de bienes muebles, inmuebles, paisajísticos y, en definitiva, manifestaciones culturales, que se consideran relevantes para la sociedad, ya sea por su genialidad, excepcionalidad, antigüedad, etcétera. A este concepto se le pueden atribuir diversos valores. El patrimonio urbano tiene una característica que le otorga un valor fundamental: es un patrimonio colectivo, aun cuando cada edificio tenga su propietario individualizable. 
El patrimonio se presenta como un fragmento del pasado que forma parte de nuestro presente, ya que nuestra cotidianeidad está construida sobre millones de hechos y decisiones que ocurrieron en el pasado. Toda nuestra realidad se configuró hace decenas, centenares o miles de años y prácticamente nadie lo tiene en cuenta. El poder invisible del pasado lo decide casi todo en la vida. La historia es el verdadero poder del que ningún pueblo o grupo humano puede prescindir. También es importante desde el punto de vista de la formación en valores. Para desarrollar una función educadora a través del patrimonio se requiere el desarrollo de una ciudadanía de calidad.

 La educación no es el resultado de la escuela, la escuela es el resultado de la educación. Una sociedad ordenada transmite orden, una sociedad violenta transmite violencia y una sociedad educada transmite educación. El patrimonio es un instrumento de que dispone la ciudad para educar a sus ciudadanos en algunos valores considerados importantes. Pero quien educa es la ciudad entera.

 A título personal, como hemos leído en el artículo salta a la vista que el enfoque que le estamos dando a esta situación no es el adecuado. Estamos dejando que los ciudadanos que salen de los colegios e institutos, sean las futuras generaciones, quienes configuren el presente y futuro de la ciudad. En el período actual en el que vivimos, podemos observar que el pueblo se manifiesta constantemente y  demanda una serie de condiciones y/o derechos. Si vamos más allá, y reflexionamos sobre esto, podremos ver que realmente son las ciudades las que se están manifestando a través del pueblo. 
Para que la ciudad pueda educar, primero es necesario que esté capacitada para ello. Por una parte, tiene suficiente "materia" para enseñar (patrimonio, valores, hábitos...), pero por otra parte, no dispone de las estructuras o las reformas necesarias para ser capaz de realizar tal acto.
Por tanto, llevar a cabo este proyecto supone un desafío político y social. Político por tener que conquistar la capacidad legal y operativa para poder cambiar las leyes que nos permitan llevar a cambio la enseñanza de la ciudad. Además de adquirir las competencias y los recursos necesarios para desarrollar las políticas públicas que hagan posible el ejercicio y la protección de los derechos y deberes ciudadanos. Y social para proponer políticas sociales urbanas que luchen contra las discriminaciones que imposibilitan o reducen el ámbito de la ciudadanía. Por ejemplo: empleo, situación de vulnerabilidad, marginación cultural, etc.
Es trabajo de todos y cada uno de nosotros el llevar a cabo esta propuesta. Es la ciudad la que enseña, pero nosotros somos la que la conformamos, y podemos trabajar codo con codo para hacer de este mundo un lugar mejor.

martes, 21 de mayo de 2013

Mapas conceptuales

Link directo al esquema: http://www.spicynodes.org/a/4e9ce86534f95574a83c056b5cb24796

La enseñanza por proyectos: ¿mito o reto?





 En este artículo se habla de los proyectos educativos, del papel que juegan en el proceso educativo y de lo "marginados" que se encuentran respecto a otro tipo de proyectos, a pesar de su eficacia científica y psicológicamente probada. Se nos da una serie de pautas de lo que es un proyecto y lo que no lo es, para que en caso de querer llevar a cabo uno no entremos en errores y malinterpretaciones, además de los pasos a seguir para realizar un proyecto. Además, se nombran los tres tipos de proyectos que hay: científico (donde realizan actividades y experimentos como si fueran científicos, dentro de sus posibilidades como niños), ciudadano (los alumnos hacen de ciudadanos y se dedican a reflexionar y criticar desde su punto de vista, diversos aspectos que les afectan o podrían afectarles en su vida diaria) y tecnológico (los estudiantes desarrollan o evalúan un proceso o un producto de utilidad práctica). Lógicamente, para ser pequeños científicos o incluso ciudadanos los alumnos todavía necesitan muchos años por delante, pero este no es el verdadero objetivo de los proyectos. El verdadero objetivo es lograr despertar la reflexión y la curiosidad en los alumnos, proponiéndoles diversas actividades que despierten sus sentidos, que los hagan moverse... y que además les den cierto rol social como medida para que los niños se sientan más "importantes". Se pretende además que junten y sepan capaces de manejarse en estos tres roles, de manera que según la situación, puedan aprovechar un enfoque u otro.

 Para lograr esto, el profesor debe ser capaz de guiar al alumno y por ello, debe estar reciclándose continuamente. Debe estar siempre atento a los últimos avances, a las últimas tendencias, debe aprender por su parte, mediante seminarios, charlas o lo que sea necesario. Solo de esta forma conseguirá adquirir unos mayores conocimientos y experiencia y será un buen guía para sus alumnos. Y al igual que haría falta agrupar una sociedad en pequeños grupos para que fuera más fácil organizarse y administrarse, del mismo modo se deben agrupar a los alumnos en clase para que todos ellos puedan ser partícipes de esta forma de aprender.

 Que realizar un proyecto en clase puede llevar sus riesgos es algo que salta a la vista, pero al fin y al cabo cualquier otro tipo de proyecto tiene sus riesgos, sus cosas buenas y sus cosas malas. Pero, admitiendo sus dificultades y afrontando estos riesgos, esta enseñanza por proyectos es el camino más seguro para un aprendizaje completo, profundo, estimulador y gratificante. Gracias a su flexibilidad, su diversidad y su capacidad por despertar al alumno la reflexión y la investigación, este tipo de aprendizaje se puede considerar como una opción viable y realista para ayudar a todos a acceder a una formación educativa de calidad, además de que al promover el trabajo interdisciplinar y transversal del currículum, los alumnos podrán trabajar diferentes capacidades y competencias. Otra parte buena es que todas las actividades tienen coherencia, y que al final del proyecto, podrán comprobar que absolutamente todo está conectado, y esto les resultará gratificante e interesante. Finalmente, uno de los puntos que considero más importantes de este proyecto es el de dar a los alumnos un propósito, el no darles trabajos simplemente y ya está, sino darles un fin, un motivo para trabajar. Consigue despertar al científico, tecnólogo y ciudadano que vive en cada uno de ellos.

Pistas para un modelo de vida sostenible




 En este artículo se nos habla de InteRed y su proyecto educativo, cuyo objetivo principal es lograr que el aprendizaje se centre en aquellos temas relacionados con la vida. Es un modelo que pretende luchar contra aquellos problemas medioambientales y sociales que el ser humano, debido a su codicia o ignorancia, ha generado. Se habla de que cada vez hacemos las cosas peor, que nos alimentamos peor y que nos encontramos trabajando en algo que nunca pensábamos que trabajaríamos. A esto, se le atribuye la causa de una "crisis global", es decir, una crisis que nos afecta en todos nuestros aspectos de la vida, causada por la crisis natural, medioambiental... Uno de los causantes de esto es el sistema capitalista en el que vivimos, el cual fomenta la competitividad más que la cooperación, y busca el beneficio propio y no el de la sociedad. Consumimos mucho y los recursos no son infinitos, por lo que cada vez hay menos y se enriquecen los objetos escasos, lo cual provoca que la codicia aumente de cara a obtener estos recursos. 

 Para luchar contra ello, InteRed propone el modelo que pone a la vida en el centro, basándose en el sostenimiento de la vida y el bienestar colectivo. Para ello, debe haber un compromiso de corresponsabilidad entre El estado, las empresas y el hombre. Se defiende el Decrecimiento, gracias al cual se busca un modelo de vida más austero y que, debido a tener menos, esto le permite ser autosostenible al mismo tiempo.

 A título personal considero que esta propuesta puede ser muy beneficiosa para la sociedad, ya que intenta sanar los daños cometidos por el ser humano hacia la naturaleza durante estos últimos años. Busca un modelo de vida basado en la austeridad y la sostenibilidad, de la que previamente muchos políticos, científicos y figuras de renombre en el mundo social y cultural nos han ido proponiendo. Viendo como están las cosas actualmente, uno puede pensar (sin miedo a equivocarse) que, a no ser que encontremos alguna energía renovable capaz de satisfacer nuestra codicia, este modelo tarde o temprano se llevará a cabo, o bien ahora que estamos a tiempo de evitar que la caída sea dolorosa, o bien dentro de muchos años cuando ya no queden recursos suficientes y le hayamos succionado hasta la última gota de esencia a nuestro planeta.

 Para terminar, me gustaría citar unas palabras que dijo Charles Chaplin en la película El gran dictador y que desde mi punto de vista resumen muy bien la situación de nuestra generación actual. "La codicia ha contaminado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de envidia, de rencor, nos ha llevado a la miseria y a la matanza. Hemos crecido demasiado deprisa y, ¿de qué ha servido? La tecnología, que proporciona abundancia, nos ha dejado en la indigencia, nuestra ciencia nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia duros y vacíos. Hemos empezado a pensar, pero hemos dejado de sentir. Nos hemos convertido en esclavos del destino"

domingo, 19 de mayo de 2013

El rol del profesor está cambiando (Robert Swartz)

Robert Swartz, durante una entrevista en el colegio Lope de Vega de Benidorm
En este artículo Robert Swartz nos da su visión sobre una nueva educación que busca el pensamiento crítico y creativo. Por una parte, el pensamiento creativo es aquel que te permite crear ideas originales y atrevidas, y por otra, el pensamiento crítico pone en tela de juicio estas ideas y escoge aquellas mayormente pragmáticas. Se comenta que hay varias posiciones respecto a este tema, y también que todos los profesores son totalmente capaces de llevar este proyecto a buen puerto. Además, comenta que en las escuelas privadas suele haber una mayor estabilidad a la hora de mantener un proyecto, debido a que no depende tanto del Estado en cuanto a temas económicos y administrativos en algunos casos, y que el sistema educativo no es mejor o peor que el de otros países, simplemente cada país tiene su peculiaridad.

A título personal, opino que trabajar el pensamiento crítico y creativo en los alumnos resultaría muy beneficioso para ellos por varias razones. Para empezar, como bien comenta el autor, con el sistema actual los niños aprenden los contenidos, van al examen, lo sueltan y se olvidan. Sin embargo, con este método se consigue que los alumnos reflexionen sobre esos conocimientos que han adquirido, que se vean inmersos en ellos y que se vean partícipes. De esta forma, no solo conseguiremos que reflexionen sobre los conceptos, sino también que los adquieran. Lo siguiente es reflexionar nosotros mismos sobre qué tipo de educación es la adecuada. ¿Lo es aquella dónde el profesor era el centro de la educación?, ¿o lo es aquella donde el alumno es el centro? Todo debe girar en torno al alumno, las clases deben prepararse según el nivel que este tenga, si le está costando asimilar los conceptos, si necesita quizás un enfoque distinto para poder afrontar la asignatura. El maestro debe preguntarse este tipo de cuestiones y más, porque para poder hacer las preguntas adecuadas a sus alumnos para guiarles, primero él mismo debe ser crítico y ser capaz de plantearlas.

Diversos autores opinan distinto sobre este tema. Los hay que lo ven innecesario porque "sus alumnos sacan buenas notas", los hay quienes opinan que una clase no necesita ningún tipo de libro porque se ha quedado anticuado para este nuevo enfoque, y los hay también quienes buscan adaptar los materiales actuales a esta nueva forma de enseñar. El maestro está obligado a plantearse hasta el más mínimo detalle, tanto de la materia que va a enseñar, como de cualquier dificultad que tengan sus alumnos o de cualquier material disponible. Y es que para poder transformar la educación primero hay que comprenderla.