martes, 21 de mayo de 2013

La enseñanza por proyectos: ¿mito o reto?





 En este artículo se habla de los proyectos educativos, del papel que juegan en el proceso educativo y de lo "marginados" que se encuentran respecto a otro tipo de proyectos, a pesar de su eficacia científica y psicológicamente probada. Se nos da una serie de pautas de lo que es un proyecto y lo que no lo es, para que en caso de querer llevar a cabo uno no entremos en errores y malinterpretaciones, además de los pasos a seguir para realizar un proyecto. Además, se nombran los tres tipos de proyectos que hay: científico (donde realizan actividades y experimentos como si fueran científicos, dentro de sus posibilidades como niños), ciudadano (los alumnos hacen de ciudadanos y se dedican a reflexionar y criticar desde su punto de vista, diversos aspectos que les afectan o podrían afectarles en su vida diaria) y tecnológico (los estudiantes desarrollan o evalúan un proceso o un producto de utilidad práctica). Lógicamente, para ser pequeños científicos o incluso ciudadanos los alumnos todavía necesitan muchos años por delante, pero este no es el verdadero objetivo de los proyectos. El verdadero objetivo es lograr despertar la reflexión y la curiosidad en los alumnos, proponiéndoles diversas actividades que despierten sus sentidos, que los hagan moverse... y que además les den cierto rol social como medida para que los niños se sientan más "importantes". Se pretende además que junten y sepan capaces de manejarse en estos tres roles, de manera que según la situación, puedan aprovechar un enfoque u otro.

 Para lograr esto, el profesor debe ser capaz de guiar al alumno y por ello, debe estar reciclándose continuamente. Debe estar siempre atento a los últimos avances, a las últimas tendencias, debe aprender por su parte, mediante seminarios, charlas o lo que sea necesario. Solo de esta forma conseguirá adquirir unos mayores conocimientos y experiencia y será un buen guía para sus alumnos. Y al igual que haría falta agrupar una sociedad en pequeños grupos para que fuera más fácil organizarse y administrarse, del mismo modo se deben agrupar a los alumnos en clase para que todos ellos puedan ser partícipes de esta forma de aprender.

 Que realizar un proyecto en clase puede llevar sus riesgos es algo que salta a la vista, pero al fin y al cabo cualquier otro tipo de proyecto tiene sus riesgos, sus cosas buenas y sus cosas malas. Pero, admitiendo sus dificultades y afrontando estos riesgos, esta enseñanza por proyectos es el camino más seguro para un aprendizaje completo, profundo, estimulador y gratificante. Gracias a su flexibilidad, su diversidad y su capacidad por despertar al alumno la reflexión y la investigación, este tipo de aprendizaje se puede considerar como una opción viable y realista para ayudar a todos a acceder a una formación educativa de calidad, además de que al promover el trabajo interdisciplinar y transversal del currículum, los alumnos podrán trabajar diferentes capacidades y competencias. Otra parte buena es que todas las actividades tienen coherencia, y que al final del proyecto, podrán comprobar que absolutamente todo está conectado, y esto les resultará gratificante e interesante. Finalmente, uno de los puntos que considero más importantes de este proyecto es el de dar a los alumnos un propósito, el no darles trabajos simplemente y ya está, sino darles un fin, un motivo para trabajar. Consigue despertar al científico, tecnólogo y ciudadano que vive en cada uno de ellos.

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